sábado, 3 de noviembre de 2012

10 formas para enamorar a un bajista l


Forma número uno.

Siempre, pero siempre diles que su bajo es el mejor. No importa si el instrumento es de imitación china o simplemente tener 5 cuerdas hace que el pobre bajo sea una mierda.
Da igual si tiene un acabado en caoba o es un verde eléctrico que al verlo te daría epilepsia. Siempre será el más bonito.
Jamás digas que es mejor un bajo de una marca que no usa, porque es una blasfemia. Su bajo es y siempre será el mejor.
Diles que su bajo sería solo un pedazo de metal sin el talento de este y que al tocarlo el instrumento cobra vida. Vida que le da él mismo con su talento.
Recuerda decir que el bajo que toca para una canción especial es sin duda su vivo reflejo, porque ellos son sus bajos.


Tom al entrar al auto que llevará a la banda al estadio donde darán un concierto un par de horas más no para de mirar a Georg.
Aunque para muchos sería un gesto psicópata por parte del guitarrista, es algo que el staff está acostumbrado. Gustav y su hermano ya no toman atención a esas miradas obsesivas, porque aprendieron que si te cruzabas con ellas harían que Charles Manson, Hitler y Mao fueran unos pequeños bebes.
Tom no deja de mirar a Georg ni para cuando va al baño antes de subir al escenario, nunca para de hacerlo y espera con paciencia de santo a que salga para acompañarlos hasta arriba.
El guitarrista ya tiene a su querida Gibson lista para hacer riffs explosivos, pero antes de hacer uso de su talento, se acerca a Morgen que es el técnico de sonido especializado en bajos y le pide que le pase a Mr. Green.
Morgen que para esas alturas ya ni pregunta porque siempre pide a Mr. Green con un tic nervioso, casi al borde de la histeria, solo se limita a dárselo en silencio y cuando lo hace Tom sonríe como desquiciado.
– ¡Gracias amigo! – le grita, porque siempre sale corriendo cuando tiene en sus manos a Mr. Green y Morgen solo mueve la mano derecha pasmosamente en señal de respuesta.
Tom corre lo más rápido que le permite el vestuario de la gira y como loco busca a Georg.
El guitarrista encuentra al  bajista nervioso cerca de una pared, Tom sabe el porqué, es por ello que se acerca con su mejor sonrisa y le pasa a Mr. Green como si fuera un objeto sagrado.
Georg le mira y le agradece con ella. Tom sabe que Mr. Green es más importante en la vida de Georg que su propio corazón.
–Te demoraste un poco, pensé que le había pasado algo a Mr. Green – dice Georg un poco avergonzado porque llego a pensar en un tragedia.
– ¿Me creerías capaz? – Tom se siente un poco ofendido –. ¡Jamás le pasará algo malo, porque Mr. Green es el mejor bajo!... sabes que sin el no serías nada – se mofa.
Georg le sonrió y se dirige al lado izquierdo de Bill. Tom se va a la derecha de su hermano, pero antes se acerca al bajista y le dice.
–Ya sabes, Mr. Green es el mejor bajo del mundo.
Se escuchan gritos y sabe que es hora de entrar en acción.
–Que Mr. Green arrasé – le grita Tom a Georg, pero este ya no oye. Tom cierra los ojos y lo deja pasar.
Siempre lo deja pasar.

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